viernes, 24 de junio de 2016

UNA INQUIETUD LEJANA

                                                           * Procedencia de la imagen

¿En qué momento de mi vida empezó a interesarme la política? ¿Qué pudo causarme esa inquietud? ¿Será cosa de la edad? ¿O quizás sea una consecuencia más de la crisis?

Por más que pienso, sinceramente, no soy capaz de encontrar una respuesta concreta a ninguna de las cuestiones anteriores. Ahora bien, si hubo un punto de inflexión en mi vida, sin lugar a dudas fue el siguiente:

Fui uno de los damnificados por la supresión de la paga extraordinaria de Navidad de 2012. Sin embargo, no me dolió tanto el perjuicio económico como la ovación que le tributan a Rajoy los diputados de su partido. ¿Qué aplaudían los muy sinvergüenzas? Si hubieran tenido un poco de dignidad,  deberían haber agachado la cabeza y mantenido un silencio sepulcral en señal de respeto y empatía con todos aquellos a los que se les estaba privando de un derecho económico, por culpa, precisamente, de una situación a la que nos habían conducido estos mismos palmeros con su lamentable gestión política. Me sentí traicionado, estafado. Y, tal vez ahí, fue cuando empecé a pensar en la posibilidad de participar, de alguna manera, en la vida política de mi país.

¿Basta con quejarse y protestar? ¿Sirve limitarse a comentar la situción con amigos y compañeros en charlas de bar? Evidentemente, no. Y me planteé seriamente la posibilidad de "hacer algo". Y llegaron nuevas preguntas: ¿qué puedo hacer?, ¿en qué ámbito sería capaz de aportar algo?... Y la cuestión más difícil de todas... ¿qué partido considero que puede hacer algo diferente y nuevo, acorde a mis pensamientos?

Como muchos españoles, seguí con cierto interés la evolución del movimiento surgido tras el 15-M, pero poco a poco mis esperanzas se desvanecían al ver hacia dónde avanzaban. No lo critico. Simplemente, no iba con mis ideales y con mi forma de concebir la política. Descartado unirme a lo que fuera que surgiera de ese movimiento, mi inquietud y mis ganas de "hacer algo" seguían intactas, aunque francamente, tampoco ponía ningún empeño especial por unirme a ningún partidoen  concreto. "Ya llegará el momento", pensaba, seguro de que lo haría de forma natural, sin forzar nada ni pretender trepar en ningún lado. El tiempo pasó. Por medio de algún conocido tuve la posibilidad de conocer un poco más de cerca el funcionamiento de otro partido, incluso llegué a asistir a un mitin de sus candidatos. Pero por diferentes circunstancias la cosa tampoco llegó a cuajar. Aunque no sentía del todo mal con algunas de sus propuestas, se trataba de un partido nacionalista. Y yo no lo soy. Así que llegué a la conclusión de que ése tampoco era mi lugar. 

Y seguí con mi vida. Siguiendo la actualidad política local y nacional con cierto interés, pero sin plantearme de nuevo la posibilidad de formar parte de ningún partido, porque no había ninguno que me convenciera. Bueno, en realidad sí que había uno. Pero tenía una pega importante: se trataba de un partido cuyo ámbito era, exclusivamente, Cataluña. Me gustaban sus propuestas, me gustaba su líder y me gustaba el talante moderado que mostraba en todos sus actos y manifestaciones. Supongo que ya habréis adivinado todos por donde van los tiros...

                                                             * Procedencia de la imagen

No voy a recordar aquí el proceso de expansión de Ciudadanos a nivel nacional. Lo que me interesa es que llegó a Alcoy, a mi ciudad, y renació mi interés y mi inquietud. Seguí su evolución, seguí sus propuestas y su crecimiento y, por supuesto, les di mi confianza traducida en voto, tanto a nivel local como autonómico y, posteriormente, nacional. Y, después de un tiempo, sucedió lo que tenía que suceder. Por medio de conocidos tuve la oportunidad de participar en un chat de simpatizantes y aportar mi punto de vista. Poco a poco fui conociendo a otros ciudadanos con las mismas inquietudes que yo... y decidí tomarme esto un poco más en serio.

Me gustaría señalar que he tenido el placer de asistir (como oyente, aunque eso fue una opción personal) a un par de sesiones de trabajo de la delegación local. Me sentí como en casa, la acogida dispensada fue excepcional y pude comprobar que todas las personas que forman parte de esta delegación tiene una concepción sobre cómo debería ser la política muy parecida a la mía. Vi gente con ilusión, con ganas de cambiar las cosas, de hacer propuestas serias... ¡Y decidí quedarme!

Francamente, no sé qué supondrá esta decisión para mí. Desconozco en qué grado podré implicarme debido a mi situación familiar y laboral. No tengo ningún tipo de aspiración más que quedarme con la sensación de que he aportado un granito de arena en aquellos aspectos en los que se considere que puedo aportar algo. Y, por lo que he vivido hasta la fecha, puedo asegurar que me recibieron muy bien, mis ideas y propuestas son escuchadas y, por tanto, me siento valorado. No sé qué me deparará el futuro, aunque no espero grandes cambios en mi vida. Eso sí, no me arrepiento para nada de haber tomado la decisión de afiliarme, por primera vez, a un partido político. Y estoy muy orgulloso de que ese partido sea Ciudadanos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario