jueves, 22 de junio de 2017

LA VIDA TE DA LECCIONES (lecciones te da la vida)

                                                     * Procedencia de la imagen

Soy un absoluto defensor del "longlife learning", es decir, aprendizaje permanente a lo largo de tu vida. Todos los años, voluntariamente, realizo varias actividades formativas relacionadas con mi profesión. Y desde hace también un par de años estoy ampliando mi competencia en idiomas. Me gusta estudiar y disfruto aprendiendo. Sin embargo, las lecciones más importantes pueden producirse cuando menos te lo esperas y por los medios más insospechados. Es lo que me ha sucedido a mí recientemente... 

La situación es la siguiente. A raíz de un artículo mío publicado en diversos medios de comunicación digitales hubo una persona que se dedicó de manera inmediata a hacer política del único modo que sabe: sembrando cizaña y descalificando. Para ello citó unas palabras mías de hace más de dos años, publicadas en otro medio digital con el que colaboré durante un  tiempo, las cuales fueron (como poco) desafortunadas y desacertadas. Las circunstancias han cambiado desde aquella época, personalmente mi situación es distinta y mi pensamiento ha evolucionado. Lo que dije en aquel momento acerca de una persona determinada estaba basado en una serie de prejuicios sin contrastar (¡con lo que critico yo ahora precisamente eso!). En este tiempo he tenido la oportunidad de conocer y tratar a esta persona y tengo que decir que mi opinión actual no tiene nada que ver con aquellas palabras groseras y ofensivas.  Pero no puedo eliminar lo escrito...

Pues bien. Este compañero (no me atrevo siquiera a llamarle "amigo" porque no le llego ni a la suela de sus zapatos) se puso en contacto conmigo, pero no para pedirme explicaciones por ello, como temí yo en el momento en que recibí la llamada. Ni siquiera nombró el hecho y cuando yo quise traerlo a colación le quitó hierro, no le dio ninguna importancia e incluso lo disculpó con un aplomo y una serenidad envidiables. Me sentí aliviado, pero sobre todo, agradecido tras esos minutos de conversación.

Escribiendo este post, he tenido dudas sobre si nombrarle o no. Finalmente he decidido no hacerlo por no echar más leña al fuego y porque creo que no querría, pero estoy seguro de que, si lo lee, sabrá que me estoy refiriendo a él. Sin pretenderlo, me dio toda una lección de humildad y de elegancia. Reconocí en su modo de tratarme toda una serie de valores humanos que ya quisiera yo para mí y que, desde luego, nunca olvidaré. Ojalá, algún día, pueda adquirir yo esa capacidad para el perdón y su facilidad para tratar al prójimo sin rencor. Lo único que me queda por decirle es... ¡gracias! Por esto y (volviendo al "longlife learning") por demostrarme que me queda muuuuucho por aprender en mi vida. Parafraseando (con una ligera variación) la estrofa final de la famosa canción de Rubén Blades... la vida te da lecciones, lecciones te da la vida. Y conviene no olvidarlas.



PD: Por cierto, "estimado" P.G.G. Si lo que querías era crear conflicto entre nosotros... lo siento. No lo has conseguido.


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