domingo, 23 de septiembre de 2018

BÁSKET Y PODCAST

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El baloncesto es mi deporte favorito. Siento verdadera pasión por él, en particular por el baloncesto americano. Y ahora que ya hace tiempo que no lo practico, mi relación con el mismo se limita a entrenar a un equipo de formación, a ver todos los partidos que puedo en televisión... ¡y a escuchar podcasts sobre básket! 

En esta entrada voy a hacer un listado con los podcast que escucho sobre este tema y una breve reseña de los mismos. Ahí tenéis:

Programa de Gonzalo Vázquez y Andrés Monje. Imprescindible. Presenta temas monográficos, relacionados en cierto modo con la actualidad baloncestística, aunque se pueden oír en cualquier momento. Muy bien documentados y editados de manera muy profesional. Suele tener una duración aproximada de una hora.

Programa semanal realizado por Andrés Monje, Andrés Aragón y Kike García. Sigue la actualidad de la NBA, comenta qué ha pasado durante esa semana y analiza porqué. Da multitud de datos y estadística y tiene secciones cambiantes muy interesantes. Un poco más largo que el anterior, viene a estar alrededor de los 90 minutos de duración.

En este caso, se trata de un programa amateur pero con un amplio recorrido, con lo que no desmerece en nada a los anteriores. Chechu y Javier hacen un programa ameno, divertido y con un toque desenfadado que lo hace muy accesible para todos. También es semanal, con la diferencia que no descansan en verano y nos ofrecen un serial fantástico en el que analizan a los equipos de la próxima temporada. Es el más largo de todos los que oigo, pero no se hace nunca pesado. 

Distendida tertulia semanal a cargo de Enrique García, Óscar Périz y Álvaro Carretero. En ella debaten sobre la actualidad de la mejor liga del mundo y dan sus puntos de vista sobre lo sucedido. Un programa muy interesante cuya duración no suele llegar a una hora. 

Mi último descubrimiento. Es un proyecto muy reciente, también amateur, a cargo de los colaboradores habituales de Ración de NBA. Acaban de empezar esta iniciativa, pero les auguro un gran futuro. Son divertidos, hablan sin pelos en la lengua, como grandes aficionados al baloncesto NBA y muy fans de un equipo en particular. 


Seguimos en América, pero pasamos ahora a un par de podcast que hablan sobre el baloncesto universitario. El primero es este, a cargo de Nacho Juan, en el que tratan semanalmente la actualidad de lo acontecido en este mundo tan apasionante. Imprescindible para estar al tanto de lo que sucede en la liga universitaria y conocer a las futuras estrellas de la NBA.

En la misma línea que el anterior, cuando llega el mes de marzo, nos encontramos con este fantástico podcast. Tiene una temporalidad variable: hay veces que cuelgan varios episodios cortos en un mismo día. Como su nombre indica, te sumerge en esa locura universitaria del mes de marzo. Tiene un montón de grandes colaboradores, expertos todos ellos en este baloncesto.

El programa de Adrian Wojnarowski, uno de los grandes gurús de la NBA y periodista de ESPN. Entrevista a personalidades del mundo del baloncesto, trata todo tipo de temas de una manera profunda. Uno de los grandes referentes periodísticos del baloncesto mundial. En inglés, por supuesto.

El otro gran referente de ESPN, Zach Lowe. Es muy parecido al anterior, también en inglés, con entrevistas a jugadores, entrenadores... 

Una amplia lista, ¿verdad? Pues los escucho todos puntualmente y, la verdad, tal es mi pasión por este deporte que todavía me quedo con ganas de más. Así que si alguno de vosotros conoce otros podcast y me los quiere recomendar, estaré encantado.


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domingo, 9 de septiembre de 2018

FALACIAS (extracto del libro "La política en el siglo XXI")

                                                           * Procedencia de la imagen

Durante una visita reciente a la librería de un centro comercial, para hacer tiempo mientras mi mujer y mis hijas compraban ropa, me llamó la atención esta obra. Estuve hojeándola un rato, me pareció interesante y me decidí a comprarla. Hace un par de días que tengo el libro entre manos (todavía estoy lejos de terminarlo) pero me ha gustado mucho el capítulo 2, que lleva por título "El método científico y la política".

El autor, experimentado consultor político y asesor de varias campañas presidenciales en países de Sudamérica, cita a Carl Sagan y su "kit del escéptico" (concepto que desconocía pero sobre el que buscaré información para profundizar en él porque me ha parecido de lo más interesante) para enumerar una serie de falacias y cómo se aplican en política desde tiempos inmemoriales y, muy lamentablemente, todavía hoy día. 

El capítulo me ha parecido interesantísimo. Por supuesto, recomiendo a todos su lectura (no solo del pasaje que comento, sino de toda la obra), pero a modo de "caramelo" me voy a permitir hacer un breve resumen de esas falacias que nombra:

 En lógica, una falacia (en latín: fallacia, engaño) es una forma de razonar que parece conducir a nuevas verdades, pero es defectuosa y puede hacernos caer en un error. Algunas falacias se usan con intencionalidad para manipular a los demás o persuadirlos de conceptos falsos, mientras que otras se emplean sin mala intención o son fruto del descuido o la ignorancia de quienes pretenden argumentar de manera lógica. La falacia tiene que ver con la estructura del razonamiento, no con su contenido, sino la inconsistencia de su procedimiento lógico.


Falacia ad verecundian
Supone que una idea es verdadera por el peso de la autoridad que la propone. Este argumento fue muy poderoso en el pasado. Cuando el rey decía algo, eso era verdad simplemente por que el lo decía. Esta es la primera falacia de la que se cuida quien aplica el método científico. En la comunidad científica el argumento de la autoridad no tiene importancia, aunque provenga de científicos eminentes.
La metodología de análisis que se usa en la política esta mas cerca de la magia que de la ciencia. Mantiene vigente el argumento de la autoridad, una reminiscencia de una época en que creían que Dios gobernaba el mundo por medio de los reyes y Dios no podía equivocarse.


Falacia ad hominen
El argumento ad hominen ( del latin “ contra el hombre”) es otra falacia que con frecuencia son victimas los políticos y analistas arcaicos. En lugar de escuchar y analizar lo que dice alguien, simplemente tratan de refutarlo porque no pertenece a su secta. Entre los científicos , como en todas las comunidades, existen personalidades que tienen resistencias y se tiende a rechazar una hipótesis porque quien la defiende es antipático o tiene conflictos con otros científicos.
En el campo de la política, esta falacia impregna el discurso y se resiste a todo argumento. Si un miembro de un partido dice algo, sus adversarios se siente en la obligación de refutarlo y muchos periodistas , en lugar de analizar el contenido de lo que se expresa, tratan de encontrar los motivos por lo que afirma algo. Cuando alguien enuncia una hipótesis, no entienden el contenido, sio que tratan de encontrar la intencionalidad de o que se dice.
Muy pocos tratan de entender el argumento de los otros para seber cuan correcto puede ser y enriquecerse con nuevos conocimientos, una actitud usual en los medios científicos.


Falacia del hombre de paja
Llamada también “falacia del espantapájaros”, consiste en deformar los argumentos del adversario tergiversando, exagerando o combinando sus palabras  para refutarlo. Quienes usan esta  falacia  no pretenden discutir honestamente los argumentos de su adversario, sino caricatulizarlos para producir un espectáculo que agrande a sus creyentes.
Esta falacia es común en la política tradicional que trabajo con doctrinas y no con hipótesis, en donde la fe no deja espacio par el método científico. En vez de etudiar lo que se dice el adversario simplemente se lo descalifica con algún apelativo. Hay palabras que se han institucionalizado para eso: neoliberal, comunista, derechista, izquierdista, nazi o cualquier otra de ese tenor.
 


Falacia de la excepcionalidad
En el campo de las ciencias no caben excepciones, milagros ni cosa inexplicables. Todo lo que existiese explica partir de ciertas leyes, y si eso no es así, se deben revisar las normas porque nada puede caer en la excepción. Cuando la observación reiterada dice que existe algo distinto a lo que era previsible según el paradigma, no cabe alegar que se ha producido un milagro.
En las campañas electorales algunos esgrimen el argumento de la excepcionalidad para decir que su lugar geográfico o su partido son únicos, que no se pueden comprender sino desde adentro. La actitud sirve para mantener prejuicios y posiciones irracionales que solo tienen sentido para grupos de personas que piensan de la misma manera, un elemento importante para ir a la derrota.


Falacia post hoc, ergo propter hoc
Sagan menciona la falacia post hoc, ergo propter hoc (“lo que viene después de esto es causado por esto”) que es propia de la falsa causalidad.
Para no caer en equivocaciones debemos verificar si en realidad existe una relación entre la variable que parece independiente y la que parece dependiente.
Solo la investigación, la cuantificación de todo lo ocurrido, permite generalizar hipótesis que nos servirán en las siguientes campañas.


Falacia del falso dilema
Cuando se usa esta falacia se ofrecen dos posibilidades como si fueran las únicas, cuando en realidad existen otras alternativas que no se analizan. La falacia del falso dilema utiliza con frecuencia el operador lógico “o” de manera incorrecta para polarizar opciones: “Elija entre el candidato de los de ricos o de los pobres”.
Un falso dilema puede trabajar con más de dos alternativas y seguir ocultando la existencia de otras que pueden ser más importantes.


Falacia de la media verdad
Esta falacia opera cuando se mencionan datos que respaldan una tesis, ocultando al mismo tiempo los que la desmienten. La verdad parcial es la peor de las mentiras. Es una de las falacias que los lógicos clasifican entre las atención selectiva porque manipulan a la persona para que se distraigan con los datos que resalta a quien las usa y no en otros que la contradicen.


Falacia ad ignorantiam
Esta falacia tiene una estructura lógica negativa: dice que algo es cierto porque es imposible demostrar que es falso. Los que usan esta falacia no afirman la veracidad de lo que defienden, sino que argumentan que es imposible que se demuestre que estén equivocados.


Falacia ad populum
Esta falacia mantiene que algo es verdadero porque la mayoría cree que es verdadero. A igual que la falacia de la autoridad, es una falacia genética, que supone que una idea es validad por la importancia de quien la origina, sea un ser humano individual o un colectivo que fue idealizado por los románticos: el pueblo. Quienes mantienen esta falacia suponen que el pueblo no se equivoca y repiten el adagio vox populi, vox Dei, la voz del pueblo es la voz de Dios.
La falacia es el instrumento de todos los totalitarismos que imponen sus proyectos en nombre de un pueblo difícil de definir y cuantificar. Cada déspota se proclama vocero de este colectivo imaginario al que no le permite desarrollar sus puntos de vista, ni expresarlos.
La falacia ad populum es la base del democratismo que proponen algunos para superar la crisis de la democracia representativa con artimañas legales.


Falacia ad antiquitatem
Esta falacia esta emparentada con la anterior y plantea que algo es cierto porque la gente así loa creído durante muchos años. En definitiva, algo es correcto porque esta respaldado por la tradición. La falacia se asienta en dos falsos supuestos. Primero, que en la Antiguad, cuando surgió esa creencia, se hicieron las pruebas pertinentes para saber si era o no correctas. Aunque se hubieran hecho, el supuesto puede perder sentido si con el avance de la ciencia el tipo de la prueba que se hizo ya no tiene vigencia acerca de la biografía de Jesucristo.


Falacia ad conditionallis
Es una falacia que se usa reiteradamente en televisión. Se proyectan programas disparatados acerca de la biografía de Jesucristo, la presencia de alienígenas ancestrales o de la historia de civilizaciones sofisticadas que habían existido antes de la Edad de Bronce. Las versiones de estos hechos se exponen sujetas a la falacia ad antiquitatem, que plantea una condición indefinida que no se puede verificar. Se usan términos sujetos a una condicionalidad difusa, “si fuese cierto”, “muchos dirían”, “habría”, o se mencionan a personajes bizarros para dar verosimilitud a sus disparates.
Quienes difunden la pseudociencia utilizan este formato: presentas sus trabajos desde un supuesto incierto y desarrollan contenidos sin sentido.


Los dogmas
El conocimiento arcaico se construye a partir de los dogmas, unos postulados que no se pueden poner en cuestión, aunque toda la experiencia empírica los contradiga. Los dogmas no admiten críticas ni dudas. Al tiempo de la independencia solo los Estados Unidos de América tenían un gobierno democrático. Era un modelo para los revolucionarios de la época. Fue difícil superar ese dogma, dado que se tenia la sensación de que al desafiar los designos divinos vendrían grandes desgracias.


El maniqueísmo
Otra falacia que impide un análisis objetivo de la política es el maniqueísmo, que constituye su verdad a partir de la oposición entre cosas intachablemente buenas y otras puramente malas.Esta concepción falaz de la realidad carece de coherencia lógica. Si alguien dice que lo ocurrido en un momento de la historia fue obra del diablo, deberíamos entender desde el punto de vista lógico que podría pretender esta caballero con su trabajo y entrevistarlo para averiguar porque lo hizo.


( Extracto del libro de Jaime Duran Barba y Santiago Nieto “ La política en el siglo XXI” – pag. 73 -105)

No sé a vosotros, pero a mí, a medida que iba leyendo cada una de estas falacias me vienen a la mente un buen montón de ejemplos actuales de políticos y periodistas actuales debatiendo en televisión en cualquiera de los muchos programas sobre tertulia política que se emiten hoy en día...

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viernes, 31 de agosto de 2018

¡VUELTA AL COLE!

                                                          * Procedencia de la imagen


Terminan las vacaciones, lo que implica que la “vuelta al cole” está cerca. A nivel escolar, por supuesto, pero también político. Y nos encontramos ante un curso muy especial para estos últimos, ya que a finales del mismo, bien a finales de mayo o principios de junio, toca pasar la reválida (o selectividad, o PAU, o como quiera que se llame ahora…). Un examen final en forma de urnas (¿locales?,  ¿autonómicas?, ¿europeas?, ¿todo en el mismo día?) que servirá para ver quién aprueba y quién suspende, tanto la gestión de estos últimos cuatro años como el proyecto que presentan para el siguiente cuatrienio.

Si pensamos en el mundo de las aulas y el de la política como universos paralelos, podemos hacer el ejercicio de establecer una tipología común entre estudiantes y políticos, con numerosas similitudes y aspectos coincidentes. Pensemos en lo que tenemos en nuestra ciudad, Alcoy, y juguemos un poco con ello, desde el máximo respeto a todos, por supuesto:

1.- En primer lugar, están aquellos que se dejan las cosas para última hora. Han tenido tiempo más que suficiente, pero por distintas razones, es en los momentos finales cuando se ponen “manos a la obra”. En el caso de los estudiantes, puede que sea por pereza, exceso de confianza o, simplemente, mala organización. Sin embargo, en los políticos de nuestro ayuntamiento se trata de una estrategia premeditada (y repetida en anteriores legislaturas) con la intención de lucirse en los meses anteriores a las elecciones. En ambos casos, el resultado posiblemente sea el mismo: conseguirán “aprobar”, quizá incluso con buena nota, pero queda la sensación de que podrían haber hecho algo más…

2.- Encontramos, por otra parte, a estos que “hacen de todo, menos estudiar”. Son los que igual te organizan una radio escolar, que te montan un crowd-funding para sufragar los gastos de una campaña de lucha contra pobreza infantil en Rhuanda… Se pasan más tiempo en los pasillos del instituto que dentro de clase (¿quién no ha tenido un “Paco Pasillos” en su quinta?) Sin embargo, se olvidan de sí mismos (en el caso de los estudiantes) o del ámbito en el que pueden tener incidencia real sus propuestas (en el de los políticos). Conseguirán aprobar y pasar de curso, aunque para ello tal vez necesitan un poco más de tiempo que los demás.

3.- Tenemos también a los que, en mi época de estudiante conocíamos como los de “la línea en valencià”. Son buenos estudiantes, aplicados y con interés, bastante centrados, gente con la que se puede hablar de todo de manera tranquila y relajada, y con los que no resulta difícil trabajar. Claro está, siempre y cuando no “toquemos” el tema tabú de la lengua y la cultura autóctonas (¡y que a nadie se le ocurra pronunciar la palabra independencia!)

4.- Hablemos ahora de los repetidores. Los hay de dos tipos. Gente que necesita permanecer un año más en el mismo curso porque no alcanza los objetivos del mismo, a pesar de que se esfuerza y trabaja duro. Pero también los hay que tienen capacidad de sobra, que en un tiempo no muy lejano obtenían unas notas altas, pero que descubrieron los placeres de la vida y se relajaron. Les costará remontar, tendrán serias dificultades para volver a ser lo que eran. Incluso es posible que en los exámenes finales de este año bajen de nota todavía un poco más.

5.- Y terminamos con las “hormiguitas”. Son constantes, serios en sus tareas, responsables, incansables. Ejemplifican perfectamente el refrán que dice que “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. Lentos, pero seguros, lo que les suele dar un buen resultado. Personalmente, tanto como maestro como persona inquieta que empieza a implicarse en la vida política de su ciudad, este es el grupo que me ofrece más garantías, los que más confianza me transmiten.

Llegados a este punto, seguro que cada uno de vosotros, lectores, habéis ido asociando a un partido con un grupo de los nombrados. Incluso es posible que no coincidamos en el resultado del juego. Mi percepción es que nosotros, Ciudadanos, pertenecemos a este último grupo. Es nuestro estilo, es nuestra manera de hacer las cosas y de concebir la política. Estamos instalados en la moderación, en la ecuanimidad, es decir, en el centro del tablero político. Y ello implica (tal vez de un modo inconsciente, no premeditado) que actuemos de esta forma. ¿Respecto a la nota a la aspiramos? Siendo realistas, a nivel local, estamos lejos del sobresaliente que supondría obtener una mayoría absoluta y poder gobernar en solitario. Pero estoy convencido de que podemos igualar e incluso superar la buena nota obtenida en la anterior reválida. Nosotros estamos haciendo los deberes. Ahora solo nos falta saber explicar bien la lección y que el tribunal nos dé una buena nota. 



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miércoles, 6 de junio de 2018

¿IGUALDAD O POSTUREO?

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¿Un consejo de ministros es mejor por el hecho de que haya mayoría de hombres? Rotundamente, NO. 
¿Un consejo de ministros es mejor por el hecho de que haya mayoría de mujeres? Me atrevo a decir con la misma rotundidad que NO.
¿Un consejo de ministros es mejor por el hecho de que haya el mismo número de hombres que de mujeres? Pues la respuesta es la misma que en las preguntas anteriores: NO.

Antes de que alguien se moleste en calificarme como machista, me gustaría aclarar que tengo dos hijas, a las que deseo un futuro brillante y para las que quiero lo mejor. Y estoy casado con una mujer que acaba de terminar los estudios de mecánica y automoción, siendo la primera que lo hace, rompiendo moldes en un mundo típicamente de hombres... y que está teniendo problemas para meter la cabeza en un sector todavía vetado para ellas. Así que, por favor, que nadie se moleste en atacarme por ahí.

Dicho esto, me parece ridículo considerar un éxito la composición del equipo de gobierno del nuevo presidente, Pedro Sánchez. Creo que la verdadera igualdad se conseguirá, en primer lugar, cuando a la gente se la elija por sus méritos y capacidades, y no por su sexo. También cuando ser mujer (u hombre) no sea un impedimento para acceder a determinados cargos, pero tampoco sea un mérito en sí mismo. Y, por supuesto, cuando se juzgue, solamente, la gestión realizada, la labor desempeñada y la herencia que deja, independientemente de que haya sido desempeñada por un hombre o una mujer. 

A lo largo de la historia de nuestra democracia ha habido buenos y malos ministros hombres. Y también hemos tenido buenas y malas ministras mujeres. Que nadie se olvide de esto, porque todavía queda mucho camino para que la situación se normalice. Entonces podremos felicitarnos por haber conseguido una IGUALDAD efectiva tanto en derechos y oportunidades, como en deberes y obligaciones. 


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miércoles, 28 de febrero de 2018

MIS APRENDIZAJES SOBRE POLÍTICA (CAPÍTULO 1)

                                                          * Procedencia de la imagen

Hace ya casi dos años que estoy afiliado a Ciudadanos (decisión de la que, por cierto, no me arrepiento en absoluto). En este tiempo he ido implicándome poco a poco en la vida de mi agrupación, participando en aquello en lo que creía que podía aportar algo y colaborando en la medida de mis posibilidades (tanto por una cuestión de tiempo, como por capacidad). Pero, sobre todo, he dedicado este tiempo a observar cómo funcionan las cosas, aprender de aquellas personas con más experiencia y sabiduría que yo (que son muchas...), y a reflexionar y sacar mis propias conclusiones.

Mi principal motivación para afiliarme a Ciudadanos fue el ámbito local. Alcoy es la ciudad en la que nací, en la que vivo, y sobre la que se centra mi colaboración política ahora mismo. Así que, fundamentalmente, ocupo el tiempo del que dispongo en analizar las cosas que pasan aquí, ver cómo actúan unos y otros... y aprender sobre ello . Desconozco si en el futuro estas "lecciones" que voy sacando me servirán de algo, y actualmente ni siquiera contemplo la posibilidad de aplicarlas en alguna ocasión en primera persona, pero me gusta plasmarlas por escrito y compartirlas. Eso sí, poco a poco, en varias entradas... Y si fomentan el debate, pues mejor que mejor.

Aquí va la primera "lección" que he aprendido.

LECCIÓN 1: 

NUNCA LLUEVE A GUSTO DE TODOS


No descubro nada nuevo, de hecho, así nos lo recuerda este popular refrán. Cualquier decisión que se tome, cualquier medida que se lleve a cabo... ¡será discutida por alguien! Por poner dos ejemplos recientes, podríamos hablar del carril bici, polémico tema sobre el que encontramos gente a favor y gente en contra. O el ADN canino, donde sucede exactamente lo mismo, mucha gente a favor y mucha gente en contra.

En mi humilde opinión, creo que un partido político debe tener claras sus ideas. Estudiar bien una iniciativa antes de presentarla, valorar su viabilidad y el impacto que pueda tener en la sociedad… y, llegado el momento, defender esa propuesta con argumentos claros, justificables y basados en datos concretos, objetivos a ser posible. Todo eso son criterios que demuestran que ese partido sabe lo que quiere, que es coherente con sus ideas y sus principios. Y que, en consecuencia , nadie se puede sentir engañado.


Moraleja: cualquier decisión que se tome gustará a algunos, aunque seguro que habrá otros que la criticará ferozmente. Ahora bien: si vas dando “bandazos”, lo más posible es que termines por decepcionar tanto a los unos como a los otros.



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