miércoles, 28 de febrero de 2018

MIS APRENDIZAJES SOBRE POLÍTICA (CAPÍTULO 1)

                                                          * Procedencia de la imagen

Hace ya casi dos años que estoy afiliado a Ciudadanos (decisión de la que, por cierto, no me arrepiento en absoluto). En este tiempo he ido implicándome poco a poco en la vida de mi agrupación, participando en aquello en lo que creía que podía aportar algo y colaborando en la medida de mis posibilidades (tanto por una cuestión de tiempo, como por capacidad). Pero, sobre todo, he dedicado este tiempo a observar cómo funcionan las cosas, aprender de aquellas personas con más experiencia y sabiduría que yo (que son muchas...), y a reflexionar y sacar mis propias conclusiones.

Mi principal motivación para afiliarme a Ciudadanos fue el ámbito local. Alcoy es la ciudad en la que nací, en la que vivo, y sobre la que se centra mi colaboración política ahora mismo. Así que, fundamentalmente, ocupo el tiempo del que dispongo en analizar las cosas que pasan aquí, ver cómo actúan unos y otros... y aprender sobre ello . Desconozco si en el futuro estas "lecciones" que voy sacando me servirán de algo, y actualmente ni siquiera contemplo la posibilidad de aplicarlas en alguna ocasión en primera persona, pero me gusta plasmarlas por escrito y compartirlas. Eso sí, poco a poco, en varias entradas... Y si fomentan el debate, pues mejor que mejor.

Aquí va la primera "lección" que he aprendido.

LECCIÓN 1: 

NUNCA LLUEVE A GUSTO DE TODOS


No descubro nada nuevo, de hecho, así nos lo recuerda este popular refrán. Cualquier decisión que se tome, cualquier medida que se lleve a cabo... ¡será discutida por alguien! Por poner dos ejemplos recientes, podríamos hablar del carril bici, polémico tema sobre el que encontramos gente a favor y gente en contra. O el ADN canino, donde sucede exactamente lo mismo, mucha gente a favor y mucha gente en contra.

En mi humilde opinión, creo que un partido político debe tener claras sus ideas. Estudiar bien una iniciativa antes de presentarla, valorar su viabilidad y el impacto que pueda tener en la sociedad… y, llegado el momento, defender esa propuesta con argumentos claros, justificables y basados en datos concretos, objetivos a ser posible. Todo eso son criterios que demuestran que ese partido sabe lo que quiere, que es coherente con sus ideas y sus principios. Y que, en consecuencia , nadie se puede sentir engañado.


Moraleja: cualquier decisión que se tome gustará a algunos, aunque seguro que habrá otros que la criticará ferozmente. Ahora bien: si vas dando “bandazos”, lo más posible es que termines por decepcionar tanto a los unos como a los otros.



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