martes, 5 de julio de 2016

NEGOCIACIONES... ¡Y NEGACIONES!

             
                                           
                                                     * Procedencia de las imágenes

El pasado 26 de junio, en la segunda vuelta "oficiosa" de las elecciones generales, los españoles volvimos a expresarnos en las urnas, con unos resultados muy similares a los obtenidos a finales de 2015. En consecuencia, a los dirigentes políticos no les queda más remedio que sentarse a dialogar y llegar a acuerdos, si quieren formar gobierno y evitar una terceras elecciones. 

La verdad es que esta segunda ronda de votaciones se tuvo que realizar por la incapacidad de todos ellos de llegar a acuerdos. En realidad, de los dirigentes de los cuatros partidos principales solamente hubo uno, Albert Rivera, que mostraba una disponibilidad real para el diálogo, incluso para mediar en posibles conversaciones entre los otros. La terquedad de estos otros fue impedimento absoluto para que se alcanzara un consenso. Y ahora... ¿qué?

Pues parece que estamos en las mismas. Y es la actitud de unos y otros lo que me lleva a escribir esta entrada. No soy comercial ni estoy acostumbrado a negociar en primera persona. Pero el sentido común me lleva a plantear que hay dos formas de afrontar una negociación, tal y como he querido ilustrar con la imagen que encabeza este post. Es posible planteárselo como un momento de diálogo fluido y debate, buscando puntos en común, definiendo metas a alcanzar y trazando rutas para el consenso, de tal manera que, al finalizar, todos salgan ganando. O bien se puede afrontar la negociación como un pulso, donde el único objetivo es doblegar al rival e imponer los criterios propios. Personalmente, soy más partidario del primer concepto de negociación.

Por eso no me gusta nada cuando nuestros dirigentes hablan de voluntad de diálogo con otros partidos, pero empiezan señalando temas innegociables o "líneas rojas". No creo que sea un buen comienzo. A una negociación hay que acudir con la mente abierta, dispuesto a escuchar los argumentos del otro sin prejuicios de ningún tipo. Eso no quiere decir, obviamente, que haya que ceder en todo, ni mucho menos. Es necesario ser flexibles, dialogantes, no pensar que las propuestas de uno representan la verdad absoluta y las del otro son equivocadas de antemano. 

Puede que, como yo, piensen un buen número de españoles que valoraron negativamente el veto de Rivera a Rajoy como condición indispensable para un acuerdo entre ambos partidos. En todo lo demás, la actitud de Albert Rivera sigue siendo ejemplar: buscando acuerdos entre los dos grandes partidos, mediando para acercar posiciones entre ambos, presentando propuestas propias, pero sin imponer nada... Tengo la sensación de que él mismo se ha dado cuenta de la inconveniencia de señalar "líneas rojas" (no me gusta esta expresión, pero la usan tanto los mismos políticos...), por lo que ha dado marcha atrás, o al menos, no insiste en ese veto. Bien por él. No pasa nada por reconocer errores, sino todo lo contrario.

En mi humilde opinión, todo esto se evitaría si, de antemano y como rasgo de identidad propia del partido, se dejara claro cuál va a ser la postura del mismo de cara a la investidura. Pienso que los ciudadanos expresan su voluntad en las urnas, y esta voluntad debería ser respetada siempre. Como afiliado a C's me gustaría que mi partido tuviera como política favorecer que gobierne la lista más votada, sea del color que sea, porque eso es lo que ha querido la gente que ha ido a votar. Por tanto, la opción más sencilla sería la abstención sistemática en todas las votaciones para elegir presidentes, alcaldes, etc. De ese modo, nadie nos podría decir que si pactamos con unos o con otros, según intereses. Evitaríamos, además, todo tipo de especulaciones y cábalas post-electorales. También evitaríamos tener que apoyar incondicionalmente a tal o cual partido con el que has entrado a formar gobierno...

Es posible que un partido emergente, como C's, no consiguiera formar parte de ningún gobierno en mucho tiempo con este sistema, ya que todavía somos un partido relativamente pequeño. ¡No pasa nada! Haciendo una oposición (¡qué poco me gusta este concepto!) constructiva, responsable, participativa y dialogante también se puede ayudar a gobernar, demostrando, de paso, qué tipo de partido somos y qué podríamos hacer si, en los siguientes comicios, el resto de ciudadanos nos dieran la oportunidad de demostrarlo desde el gobierno.




Licencia de Creative Commons
NEGOCIACIONES... ¡Y NEGACIONES! by Enrique Peidro is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.

No hay comentarios:

Publicar un comentario